ISSN: 2695-4621
Más allá de los territorios, las ONGDs de cooperación internacional estamos comprometidas con las personas y con el desarrollo de todos los pueblos de la tierra. Hoy, ese compromiso que reiteramos está en la Comunidad Valenciana y en el resto de los territorios afectados por la DANA.
La Fundación Musol (Municipalistas por la Solidaridad y el Fortalecimiento Institucional) es una organización valenciana de cooperación internacional, especializada en entidades locales e integrada por profesionales en activo en municipios valencianos y del resto del país. Desde el primer instante, pusimos a disposición de varios municipios afectados por la DANA nuestras capacidades y personal para colaborar en la respuesta inmediata.
Desde 1998, en que nos constituimos, entendimos que la cooperación internacional no es un proceso unilateral, sino de intercambio mutuo. A través de nuestras acciones, hemos acumulado capacidades y experiencias de los entes locales en situaciones similares, de los territorios con los que trabajamos, las cuales han sido muy útiles para incorporar a los municipios españoles, generando un retorno muy valioso.
Este enfoque de cooperación sigue siendo el motor de nuestra actividad: el intercambio de experiencias, el aprendizaje mutuo y la transferencia de conocimiento entre diferentes comunidades. Solo a través de la colaboración y el entendimiento de las necesidades y realidades de otros pueblos podemos contribuir a un desarrollo global más justo y equitativo, también aquí.
Las capacidades y experiencias acumuladas por Musol, también mediante la ejecución de proyectos con fondos europeos, pueden ser muy útiles para abordar la situación actual, especialmente en el proceso de reconstrucción. Entre otras muchas acciones, hemos participado en la reconstrucción organizativa y administrativa de municipios en Chile afectados por el terremoto y tsunami de 2010 y mediante acciones de apoyo a municipios en Ucrania.
En prevención, Musol aborda situaciones de riesgo de inundaciones por cuencas hidrográficas, actuando preferentemente en las cabeceras, propiciando la recarga de acuíferos y reduciendo los riesgos de avenidas en las zonas bajas. Además, colabora para que en la planificación territorial se establezcan medidas para las zonas en riesgo de inundación.
En relación con los servicios públicos, nuestros proyectos de cooperación técnica, han mejorado y reconstruido servicios esenciales como el agua, el saneamiento y la recogida de residuos. Con socios europeos, hemos impulsado incentivos fiscales para construir políticas públicas favorables a la reducción de riesgos y al medio ambiente y hemos fortalecido procesos participativos y herramientas para lograr objetivos públicos.
En todas esas acciones, nos acompañan expertos municipales, singularmente Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración Local, con cuyo Consejo General tenemos suscritos convenios de colaboración, al igual que con algunas Federaciones Territoriales de Municipios y Provincias.
Más allá de las acciones inmediatas para normalizar la vida de las personas y el funcionamiento de los servicios esenciales, la reconstrucción del territorio afectado debe abordar los aspectos institucionales, físicos, sociales y económicos. Esta tarea no será fácil y requerirá una profunda reflexión.
En el ámbito institucional, será necesario fortalecer a los municipios para enfrentarse a las necesidades de atención a las personas, la gestión y resolución de incidencias en las ayudas, seguros, entre otros; el apoyo al inmediato restablecimiento de la actividad económica y comercial; el restablecimiento de los servicios públicos esenciales y, singularmente, para que puedan asumir, junto a las tareas ordinarias, las nuevas necesarias para la reconstrucción, lo que requiere el apoyo de instituciones y personal especializado.
Para la reconstrucción, es imprescindible consolidar o constituir instituciones integradas por todas las administraciones competentes, evitando actuaciones dispersas y asegurando que los ciudadanos desempeñen un papel central. La Diputación Provincial y las Mancomunidades habrían de jugar un papel central.
Es crucial aumentar, cuando no reconstruir, la confianza de la ciudadanía en las instituciones implicadas, lo que exige empoderarla y comprometerla con las acciones mediante procesos participativos reales.
En cuanto a la reconstrucción física, es fundamental decidir, técnicamente y también junto con los ciudadanos, si se debe reconstruir en los mismos lugares y con los mismos materiales, o si es necesario hacerlo con técnicas y estructuras diferentes. También habrá que revisar las normas urbanísticas, establecer zonas no edificables y, dada la persistencia del riesgo, prever medidas de protección no solo en la zona afectada, sino en toda la cuenca.
Socialmente, habrá que empoderar a la ciudadanía y reconstruir el tejido social para que participe activamente en la reconstrucción. En este proceso, debemos implicar a toda la sociedad civil, empresas, partidos políticos, sindicatos, ONGs y, especialmente, a la juventud, ellos también han de construir su futuro.
La reconstrucción también debe abarcar el tejido económico, promoviendo la recuperación del comercio local, las industrias y los establecimientos afectados. Además, esta reconstrucción debe aprovecharse como una oportunidad para modernizar algunos sectores.
Todo esto debe estar precedido por un diagnóstico claro, a partir del cual se elabore un plan de reconstrucción protagonizado por los entes locales, consensuado por todas las administraciones y con amplia participación ciudadana y recursos, no solo económicos, suficientes.
Rafael García Matíes. Presidente de la Fundación Musol.
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